En este cuadro no existe control sobre el deseo sexual, el cual se impone a la voluntad de la persona y por lo tanto no permite una vida saludable. El impulso sexual domina a la mente y prevalece sobre otro tipo de intereses (laborales, afectivos, pareja, etc.) impidiendo desarrollarse en esos aspectos.
Satisfacer el deseo sexual, que por otro lado es insaciable, se convierte en una pesadilla porque todo el resto pasa a segundo plano.
El rendimiento laboral, intelectual, las relaciones sociales y de pareja no pueden desenvolverse de manera normal y eso provoca sufrimiento psíquico en la persona y su entorno.
Satisfacer el deseo sexual, que por otro lado es insaciable, se convierte en una pesadilla porque todo el resto pasa a segundo plano.
El rendimiento laboral, intelectual, las relaciones sociales y de pareja no pueden desenvolverse de manera normal y eso provoca sufrimiento psíquico en la persona y su entorno.
La Adicción Sexual es cada vez más común en una sociedad que fomenta las adicciones y el “todo ya”, aunque específicamente este tipo de adicción se da con mucha más frecuencia en varones que en mujeres.
La “ninfomanía” (Adicción Sexual femenina) es más una fantasía de los varones que una realidad clínica.
El tratamiento de este trastorno no necesariamente debe estar en manos de un especialista en sexualidad, pero sí de un equipo con un médico psiquiatra que indique tratamiento farmacológico y de psicoterapeutas para trabajar en los aspectos psicológicos.
La “ninfomanía” (Adicción Sexual femenina) es más una fantasía de los varones que una realidad clínica.
El tratamiento de este trastorno no necesariamente debe estar en manos de un especialista en sexualidad, pero sí de un equipo con un médico psiquiatra que indique tratamiento farmacológico y de psicoterapeutas para trabajar en los aspectos psicológicos.
Este Trastorno no está contemplado en el DSM.
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