Anormalidad, deficiencia, insuficiencia mental, subnormalidad... el Retraso Mental es un trastorno que ha tenido diferentes nombres a lo largo de la historia que se han ido cambiando debido a que se han ido considerando como vejatorios.
Al principio se llamaba idiotismo (hasta el siglo XVIII) más tarde Kraepelin comienza a utilizar el término Oligofrenia (Oligo - poco; Frenia - mente).
En el ámbito académico se usa Discapacidad Intelectual según las directrices de la LOGSE para clasificar a los alumnos con "necesidades educativas especiales". Pero fuera del ámbito escolar el termino usado por los sistemas clasificatorios en psicología y psiquatría es Retraso Mental (DSM IV- TR y CIE - 10)
Retraso mental es por tanto el déficit intelectual, entendiendo la inteligencia como un cúmulo de cualidades no solo la intelectual, se incluyen atención, percepción, memoria, inteligencia emocional...
Criterios Diagnósticos del Retraso Mental.
A. Síntomas característicos: Capacidad intelectual significativamente inferior al promedio, un CI aproximadamente de 70 o inferior en un test de CI administrado individualmente.
B. Disfunción social / laboral: déficit o alteración en por lo menos dos de las áreas siguientes: comunicación personal, vida doméstica, habilidades sociales - interpersonales, utilización de recursos comunitarios, autocontrol, habilidades académicas funcionales, trabajo, ocio, salud y seguridad. (En comparación con las exigencias planteadas para su edad y grupo cultural)
C. Duración: el inicio es anterior a los 18 años.
F70 Retraso mental leve: CI entre 50-55 y aproximadamente 70.
F71 Retraso mental moderado: CI entre 35-40 y 50-55
F72 Retraso mental grave: CI entre 20-25 y 35-40
F73 Retraso Mental profundo: CI inferior a 20-25
F79 Retraso mental de gravedad no especificada: cuando existe la certeza de retraso mental pero la inteligencia del sujeto no puede ser evaluada mediante los test usuales.
La Definición de la AAMR (American Association on Mental Retardation, 2002) emplea una aproximación "multidimensional" que incluye 5 dimensiones: Habilidades intelectuales, conducta adaptativa, participación, interacción y roles sociales, salud (física y mental), contexto (cultura, entorno) y propone que el Retraso Mental tiene que evaluarse atendiendo a todas las facetas de la vida del individuo.
Si queréis saber más sobre esta aproximación descargaros el siguiente documento:
Prevalencia: del 1-2% en los países desarrollados. Como siempre, esto no quiere decir que en los subdesarrollados haya más o menos, simplemente que no hay evaluaciones.
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