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Fobias Sexuales






Como toda fobia consiste en un temor irracional a un determinado estímulo y la respuesta de evitación del mismo, en este caso el contacto sexual o un aspecto en particular del encuentro íntimo. En las Fobias Sexuales Generalizadas existe ansiedad ante el acto sexual en sí, en cualquiera de sus manifestaciones.
En las Fobias Sexuales Específicas se trata de una conducta o situación puntual como por ejemplo la penetración, el sexo oral, los genitales u otras partes del cuerpo, la masturbación, los olores, etc.

El origen de las Fobias Sexuales puede estar relacionado con una situación traumática particular o con una educación sexual represiva.


Con la contribución de la Helen Kaplan, creo conveniente detallar algunas fobias sexuales, en función del “objeto” donde se sistematiza la angustia. Estas fobias, tendrán grados de intensidad para cada individuo, que puede ir desde la molestia aparentemente insignificante, hasta la formación de un síntoma fóbico absolutamente incapacitante. De esta manera, podremos separarlas según las siguientes áreas:

  • Fobia sexual propiamente dicha. Esta fobia se despliega en el área del propio cuerpo y en el del otro, ya sea en el acto sexual o fuera del mismo. Se expresan a través del asco, la repugnancia y el rechazo. 

  • Fobia a los propios genitales o a los de la pareja. Este miedo puede ser al contacto tanto como a la mirada. La ausencia de conocimiento y otras veces la amenaza de castración, pueden subyacer dicho miedo. En cuanto al rechazo de ver los genitales de la pareja, puede ser una formación reactiva de componentes voyeuristas, así como el pudor se opone a las tendencias exhibicionistas. La fobia al contacto la retomaré en párrafos posteriores.

  • Fobia a las secreciones durante el acto sexual, tanto genitales como extragenitales: lubricación peneana, vaginal, semen, sangre menstrual, sudoración y saliva.

  • Fobia a los olores sexuales. Generalmente son personas que tienen que ducharse antes (y después) de tener una relación sexual, ya que los olores naturales del cuerpo, en los que se incluyen las feromonas propias y las del otro, no se soportan. Este es un rasgo de carácter típicamente obsesivo, siempre que descartemos una higiene genital inadecuada del estímulo fóbico.

  • Fobia al sexo bucogenital. Descartando las dos fobias anteriores, la sensación de asco y excusas religiosas como “eso no es lo que dios manda”, inauguran el relato de los pacientes con miedo a la fellatio y/o cunnilingus, subyaciendo prejuicios y mitos individuales, pero también culturales.

  • Fobia al beso profundo. Hay una imposibilidad de poder besar haciendo uso de la lengua. Aducen asco y/o terror de ahogarse con la lengua del otro.

  • Fobia al coito vaginal. Esta fobia se puede expresar en la mujer a través del vaginismo y dispareunia; en el varón a través de la disfunción eréctil, ausencia de control eyaculatorio y dispareunia. Es común diagnosticar dicha fobia en la pareja que no ha consumado el matrimonio.

  • Fobia al coito anal, hetero u homosexual. Algunos homosexuales masculinos mantienen relaciones sexuales por años sin ser penetrados o penetrar a sus parejas. En estos casos, dicha actividad no forma parte de la pareja por una subjetiva gama de motivos, aunque uno de ellos puede ser fóbico: por un lado el miedo al dolor, y por otro, prejuicios como “si me penetran dejo de ser hombre… soy la mujercita… soy una marica…). Fenichel plantea que los fóbicos anales procuran evitar a toda costa cualquier tipo de excitación anal, y yo agrego, inclusive evitan sentir cualquier tipo de placer evacuatorio. A esta fobia sexual, la acrecienta nuestra cultura homofóbica y sexista. Si fuera necesario, los sexólogos deberemos explicar la forma de practicar el coito anal, para evitar el dolor.

  • Fobia al orgasmo. Reich ha planteado para “los impotentes orgásticamente” que el orgasmo, al no poder ser interrumpido voluntariamente implica una pérdida del yo, aunque momento culminante de placer. La imposibilidad de la relajación final después de la excitación se convierte en angustia, pérdida de control y sofocación. Esta sensación terrible de la pérdida del propio yo, puede ser identificado con “la muerte”. Mujeres con preorgasmia y varones con eyaculación retardada, pueden encontrar su etiología en dicho trastorno. La pérdida de control durante el orgasmo, es el motivo de dicho miedo, así como existen otros tantos.

  • Fobia a las E.T.S.. El miedo aterrador a las infecciones de transmisión sexual, sobre todo al VIH, puede hacer cambiar las conductas sexuales de un individuo por un tiempo considerablemente prolongado y hasta inhibir sus prácticas sexuales con el otro. Helen Kaplan, describe una actividad sexual que previene la infección por VIH: “el sexo seco”. La ansiedad de estos pacientes puede ir desde el temor a una infección inminente, a tener la idea de haber sido infectados, inclusive convertirse en un trastorno del pensamiento que alcance a conformar un delirio fóbico de contacto. De esta manera, nos acercamos a la neurosis obsesiva y a la hipocondría. La fobia a la infección con su correspondiente fobia al contacto, expresa a menudo la tendencia a evitar la suciedad, demostrando que el paciente tiene la necesidad de defenderse de tentaciones erótico-anales. Para individuos con esta fobia y que practican el acto sexual sin protección, pueden satisfacer sus aspectos sado-masoquistas, a través del permanente riesgo de ser infectado y/o de infectar a otros.

  • Fobia al compromiso afectivo. Dichos individuos pueden tener dificultades para enamorarse, comenzar una relación afectiva de pareja o mantenerla en el tiempo. Esto lo podemos ver en el donjuanismo y en personas con una vida sexual promiscua, con parejas sexuales efímeras, como una defensa ante la posibilidad de comprometerse afectivamente. En el trasfondo de esta fobia, puede haber un miedo al fracaso, miedo a ser abandonado, miedo a formar una familia, etc.. Son personas que emprenden la huida fóbica, cuando su relación de pareja comienza a vislumbrar frutos duraderos y estables. Esta huida se puede expresar a través de boicot a los contratos implícitos y explícitos de la pareja como la infidelidad, tendencias a la ciclotimia (sin serlo), cambios repentinos de criterios, etc..

  • Fobia al deseo sexual. Esta fobia generalmente conduce a la inhibición y/o a la evitación del otro, posible objeto de deseo. La utilización en exceso de los mecanismos de defensa de la represión y la sublimación, pueden sostener este trastorno durante años.

  • Homofobia. Con esta fobia se puede vivir toda la vida, sin mayor problema, dependiendo de la normalidad estadística en cuanto a la orientación sexual del medio en el que habite la persona. En ésta, surge el miedo cuando se enfrenta a situaciones homosexuales, aunque no forme parte de ellas. Nuestras sociedades latinoamericanas son extremadamente homofóbicas, incentivando dicha fobia a escala individual.

  • Fobia a la autoestimulación. Este trastorno se observa más en las mujeres y generalmente son las que nunca se han mirado los genitales en un espejo y cuando se higienizan lo hacen rápidamente, para no tomar contacto prolongado con la zona, por miedo a sentir placer sexual.

  • Fobia al desnudo. La extrema vergüenza de ver o mostrarse desnudos ante su pareja o personas de su propio sexo. Este trastorno puede originarse concretamente, en el rechazo de alguna parte natural o defectuosa del propio cuerpo y por ende no querer mostrarlo, como el tamaño del pene, el tamaño de las mamas, la celulitis y la obesidad. También puede haber un origen intrapsíquico más profundo, de tipo voyeurista – exhibicionista.

  • Fobia a la relación sexual. Puede haber una base etiológica de miedo a la entrega, a la pérdida de control, al embarazo, a perder la virginidad, a las I.T.S., etc.. Muchas veces este miedo se despliega en las parejas que padecen la no-consumación del matrimonio. 

  • Fobia al embarazo. Algunas mujeres logran su primer orgasmo, una vez pasada la menopausia. También se observa en varones que practican el coito interrumpido durante años, aunque la pareja utilice anticonceptivos seguros.

 
Otro tipo de Clasificación

  • Venustrafobia es la fobia que tienen los hombres a las mujeres hermosas. Para ellos enfrentarse a una mujer bella es más que un dolor de cabeza.

  • Gimnofobia: miedo a la desnudez propia y ajena. Normalmente tiene un componente claro en la comparación que estas personas realizan entre los cuerpos que les rodean y los cuerpos que tienen idealizados en su mente.

  • Genofobia: es uno de los principales miedos y es el miedo a las relaciones sexuales en si. Las personas que sufren esta patología tienen verdaderos bloqueos en momentos que deberían ser eróticos y agradables.

  • Medomalacufobia: la más común entre los hombres es el pánico ante la idea de perder la erección.

  • Eurotofobia: es el miedo a los genitales femeninos, tanto que les bloquea y les impide llegar a más en cualquier relación que comiencen.

  • Falofobia: el pánico por el pene masculino (ya sea verlo o tocarlo).





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